Érase una vez un smartphone que se anunciaba como superresistente a golpes y caídas.
Le llamaban “robusto” y decían de él que era “la combinación perfecta entre durabilidad y belleza”.
Pero el cuento de hadas duró poco.
La pantalla de miles de Sony Xperia Z empezó a romperse sola.
Sin golpes ni caídas, simplemente sacarlo del bolsillo y ver una fina raja.
Nada espectacular, pero lo suficiente para arruinar la pantalla táctil y dejarte sin teléfono.
Se pasan la garantía por el logo
Tras llorar un rato, los consumidores lo llevaron al servicio técnico de Sony.
A muchos les dijeron que eso no lo cubría la garantía. Algo habrían hecho mal para que la pantalla se rompiese así.
Les pedían más de 200 euros por reparar (o sustituir) su Xperia roto. Algunos pagaron y otros no, pero ninguno quedó contento.
Cada consumidor cabreado fue poniendo su granito de arena y pronto la montaña fue demasiado alta. Miles de casos en Holanda, Francia, Reino Unido, Brasil… y España.
Hasta que Sony aceptó revisar todos los casos, uno por uno.
Vamos a ponerle un final feliz
Queremos que Sony España escriba un final feliz a este cuento.
La ley de garantías les obliga a reparar (o sustituir) gratis todos los móviles con roturas espontáneas de pantalla. Y por supuesto a devolver el dinero a quienes ya han pagado una reparación a través del servicio técnico oficial.
¡Vamos a comer perdices!